La sonorense Guadalupe Taddei reclamó a las organizaciones ciudadanas que utilizan el color rosa como sello distintivo. Para ello utilizó el calificativo transgredir, o lo que es lo mismo, quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto. El llamado fue en un tono de reflexión, pero se supone que el INE es un ente ciudadano que debería representar a las organizaciones ciudadanas. Si el conflicto escala podrían pedir la remoción de Taddei.
El punto es que las recientes declaraciones de la presidenta del Instituto Nacional Electoral han suscitado nuevamente la controversia sobre su imparcialidad. Taddei pidió a partidos y organizaciones no utilizar el color rosa, argumentando que es el distintivo del INE. Esta solicitud, aparentemente administrativa, llega en un contexto en el que Morena y sus aliados han solicitado al INE cambiar su color debido a la “marea rosa” que apoya a la candidata Xóchitl Gálvez.
La preocupación por la imparcialidad de Taddei no es nueva. Desde su nombramiento en 2023, han surgido críticas debido a sus vínculos con el presidente López Obrador. Analistas y opositores han señalado que su designación podría representar un conflicto de intereses, lo que afecta la percepción pública sobre la autonomía del INE.
El INE debe ser percibido como una institución independiente, esencial para la democracia mexicana. Las acciones de Taddei, aunque justificadas como medidas para proteger la identidad institucional, deben ser manejadas con extrema cautela para evitar cualquier apariencia de favoritismo político. La credibilidad del INE está en juego, y Taddei tiene la responsabilidad de demostrar, con hechos y decisiones, que su compromiso es únicamente con la equidad y transparencia electoral.
Para mantener la confianza del público, es crucial que cualquier acción que pueda interpretarse como parcial sea evaluada rigurosamente. Taddei debe esforzarse por garantizar que el INE se mantenga por encima de cualquier sospecha de influencia gubernamental.
Si se presentan pruebas sólidas de que la presidenta del INE está comprometida con el gobierno y no es imparcial, se podría iniciar un proceso de remoción siguiendo ciertos procedimientos legales.
La remoción de la presidenta del Instituto Nacional Electoral es competencia exclusiva del propio INE, no del Congreso ni del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El procedimiento se basa en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
El Consejo General del INE es el órgano encargado de evaluar y decidir sobre la remoción de alguno de sus consejeros, incluyendo al presidente. Esta decisión debe fundamentarse en causales graves, tales como la violación de los principios de imparcialidad, independencia y legalidad en el desempeño de sus funciones.
¿Podrían solicitar la remoción de Taddei?
Es una posibilidad.
Y una verdadera promoción de la concentración rosa programada para este domingo. Aparte, si la utilización del color rosa es adoptada en perfiles ciudadanos, sería una especie de intención del voto.
Aguas… el horno no está para bollos.