Alfonso Durazo: ¿Con AMLO o con los sonorenses?
Cualquier sonorense medianamente informado está obligado a plantearse la pregunta: ¿El gobernador Alfonso Durazo acompañará y apoyará al presidente de México al costo que sea en la elección presidencial del 2024?
Como país estamos al borde de ser un gobierno autócrata. O sea un sistema de gobierno que concentra el poder en una sola figura cuyas acciones y decisiones no están sujetas ni a restricciones legales externas, ni a mecanismos regulativos de control popular. La monarquía absoluta y la dictadura son las principales formas históricas de autocracia.
En los hechos, el presidente López Obrador asume ese rol autócrata: Controla el Poder Legislativo y al Judicial lo minimiza, lo desprecia, lo humilla. Y piensa que tiene a todo un pueblo de México apoyándolo.
¿El gobernador de Sonora se mimetiza con AMLO?
¿Y en esa postura, representa a todos los sonorenses?
Son preguntas que merecen respuesta del gobernador Alfonso Durazo.
Porque entre más tiempo pase se incendiarán las pasiones de la sucesión presidencial.
Por eso más vale un grito a tiempo.
En favor o rechazo.
Así los sonorenses ya sabrían a qué tirarle.
Por lo pronto, el presidente insiste en jugar vencidas con el Tío Sam. Sabe perfectamente que a la primera lo doblarán. Pero juega al estilo Goebbels. Y presume que cuenta con todo el apoyo internacional. La peor diplomacia mexicana de toda la historia es la del actual régimen. Antes México era un referente. Hoy es una caricatura.
El conflicto Rusia-Ucrania es lo de menos. Le estamos tirando pataditas por debajo de la mesa a nuestro vecino, el principal socio comercial, el que si le hinchan los destos cierra la llave y pone a parir cuates a todo México, con todo y su crimen organizado y su gobierno autócrata.
El tema fuerzas armadas y la relación con el crimen organizado no es menor. No es tan simple como que un tuitero llame la atención con su slogan bananero de patria o muerte. Esto llamando a un levantamiento armado del pueblo bueno y sabio contra el imperio gabacho.
No, no es tan simple. Es mucho más complejo.
El peligro reside en el fanatismo. La fuerza de AMLO es cuestión de fe, de religión, de un dogma que aún no es bien asimilado pero que se convierte en la primera línea de fuego del obradorato.
Si unos cientos de fanáticos toman las armas para una nueva revolución ideológica, nos lleva la madre como país.
Por eso la postura de Alfonso Durazo es trascendente en este tema.
Y más importante es la composición del próximo Congreso y Senado de la República.
Pero el tema inmediato es el de las fuerzas armadas.
Y nadie mejor que un personaje que conoce las entrañas del Ejército para medio entender los equilibrios de poder en el mundo de las fuerzas armadas. Por eso debemos poner atención a la postura de Emilio Cosgaya Rodríguez, quien fue acusado de operar una red de protección para “huachicoleros” dentro de Petróleos Mexicanos. Este personaje se desempeñó como jefe de la Subdirección de Operaciones contra el Narcotráfico durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Coronel de Infantería, con un diplomado de Estado Mayor, Emilio Cosgaya se encuentra preso desde 2019 en el penal de alta seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, donde no tiene acceso a celulares, ni computadoras o alguna conexión a internet, su cuenta de Twitter se encuentra activa.
Con la vasta experiencia, conocimiento y disciplina de un soldado con más de 40 años, el Coronel de la Secretaría de la Defensa Nacional, suma muchos seguidores en las redes sociales, pues se ha convertido en una voz crítica, muy incómoda, sin duda, para el Gobierno de López Obrador y para el propio titular de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval.
¿Y cuáles son sus opiniones?
A continuación hacemos un desglose de sus críticas:
Hablemos de la Guardia Nacional y la desaparición de la Policía Federal. Uno de los mayores errores de nuestra historia y nos metió en la actual violencia (no fue el pasado).
Se militarizo cuando la población no quiso apoyar al presidente, nadie se enlisto en su ejército privado.
Lo llenaron con los batallones de policía militar pues corrieron a los policías profesionales con el pretexto de que eran corruptos.
Pero a los militares que tenían investigaciones o estaban bajo procesos los evitaban cambiándose a la GN.
Nadie quería ser parte de ese bodrio.
Con esto perdieron dos décadas de profesionalización e institucionalización. Un error increíble.
Los militares toman el control total y la estructura se volvió completamente militar.
El faraón acomplejado se queja de perder su inconstitucionalidad.
Los propios militares pensando que los policías profesionales no eran de fiar comenzaron a presionarlos para que renunciaran a su carrera de seguridad pública.
Violaron sus derechos laborales, desperdiciaron sus capacidades y les niegan el acceso a ascensos con cualquier pretexto.
Contra esto no pueden hacer nada, seguramente recibirían represalias. Es otro ejército, mismos vicios, pero más opaco, corrupto y peligroso.
Y ustedes como población se quedaron más indefensos ante grupos criminales más poderosos, ellos no se deshicieron y armaron de nuevo.
El Crimen Organizado no perdió su tiempo vistiéndose diferente, no perdió su tiempo despidiendo sicarios, ni persiguieron a sus jefes por política, ellos continuaron su institucionalización, profesionalización y modernización.
Nosotros perdimos la policía de la federación.
Hasta aquí la opinión del Coronel. Sin comentarios.
Como siempre, caro lector, su opinión es lo que cuenta.